Diccionario panhispánico de dudas

2.ª edición (versión provisional)
a1

1. Primera letra del abecedario español. Su nombre es femenino: la a (es una de las excepciones a la regla que exige el empleo de la forma el del artículo ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica; → el, 2.1 y 2.3). Su plural es aes.

2. Representa el fonema vocálico /a/. Forma parte, junto con la e y la o, de las llamadas vocales abiertas, lo que resulta relevante en la configuración de diptongos, triptongos e hiatos, y en la acentuación gráfica de las palabras que los contienen (→ tilde2, 2).

a2

Preposición. Se exponen a continuación las cuestiones dudosas más frecuentes que plantea su uso:

1. complemento directo con a.

En general, el complemento directo no lleva preposición cuando denota cosa y la lleva, en determinadas circunstancias, cuando denota persona o entidad animada. No obstante, la presencia o ausencia de la preposición a encabezando el complemento directo está condicionada por diversos factores, de modo que hay casos en que se usa la preposición (→ 1.1), casos en que puede usarse o no (→ 1.2) y casos en que no se usa (→ 1.3).

1.1. Se usa

1.1.1. Ante nombres propios de persona o de animal: Vi a Pedro en el cine; Dejé a Pluto en la perrera. Se asimilan a los de persona los nombres propios de los dioses: Amarás a Dios sobre todas las cosas. Sobre la ausencia de preposición ante nombres propios de autores en referencia a sus obras, → 1.3.3.

1.1.2. Ante nombres comunes de persona cuyos referentes son individuos concretos o específicos: Está esperando a unos amigos;Vi a los hijos del vecino escalar la tapia; Eligieron a ambos jugadores para la selección brasileña. Para el uso con referentes genéricos o inespecíficos, → 1.2.1.

1.1.3. Ante nombres colectivos de persona cuyo referente es determinado o consabido: Ha ido a visitar a su familia; Dispersaron a la multitud; Echaron a la gente del parque; pero Vi una multitud avanzando hacia el estadio o Necesito gente para acabar el trabajo.

1.1.4. Ante nombres de entidades formadas por personas, como colegio, empresa, comité, consejo, institución, comunidad, equipo, partido, asociación,etc., cuando el verbo denota una acción que solo puede ejercerse sobre personas, y no sobre cosas: Multaron a la empresa por realizar vertidos tóxicos; Convocaron a la comunidad de vecinos para que tomara la decisión definitiva. También ante los nombres propios de esas entidades: El líder derrotó al PSG.

1.1.5. Ante nombres comunes de persona que, aun teniendo referentes genéricos o inespecíficos, son complemento directo de verbos que significan daño o provecho (acompañar, admirar, afectar, alabar, amar, empujar, engañar, golpear, maltratar, matar, odiar, perjudicar, saludar, etc.): Acompañó a una anciana hasta su casa; Admiro a los políticos que saben defender sus opiniones; Engañar a un jefe es imposible.

1.1.6. Ante nombres comunes de persona precedidos de un indefinido, cuando son complemento directo de verbos de percepción como mirar, observar u oír: Estaba mirando a una señora cuando sentí que me llamaban; Estuve observando a varios niños durante el recreo; Desde mi habitación podía oír a unos borrachos. Con otros verbos de percepción como ver y conocer, puede aparecer o no la preposición; → 1.2.1.c.

1.1.7. Ante las formas tónicas de los pronombres personales mí, ti, sí, él, ella, usted, nosotros/as, vosotros/as, ustedes, ellos/as: ¿Dices que me vio a mí en el teatro?; No creo que a ustedes los escuchen. Cuando estos pronombres se coordinan con sintagmas nominales, se repite la preposición en todos los miembros de la coordinación, incluso si no denotan persona: Os protegerán a ti y a tu hermano; Me molesta cómo me mira a mí y a mis tatuajes.

1.1.8. Ante los pronombres demostrativos y posesivos con referente de persona: Vi a ese hablando con tu jefe; A ella no le gusta mi novio y yo no soporto al suyo.

1.1.9. Ante los pronombres indefinidos con referente de persona (alguien, alguno, nadie, ninguno, todos, uno, etc.), excepto cuando funcionan como complemento directo del verbo haber (→ 1.3.6): Llévate a alguien a la fiesta; No conozco a nadie; ¿Invitaste a todos? Salvo todos, que exige siempre la preposición, el resto de estos indefinidos admiten su ausencia con ciertos verbos como buscar, encontrar, hallar, necesitar, tener o ver (→ 1.2.1): Busco (a) alguien que me ayude; No necesito (a) nadie que me acompañe; Tiene (a) uno que le recoge la correspondencia; No se ve (a) nadie por la calle.

1.1.10. Ante el pronombre interrogativo de persona quién: ¿A quién buscas?; ¿A quiénes visteis en la fiesta?; y ante el pronombre interrogativo cuál referido a persona: ¿A cuál de los dos encontraste llorando? Cuando estos interrogativos introducen oraciones interrogativas indirectas, llevan a solo si son el complemento directo del verbo de la subordinada: Ha decidido a quién apoyará [= apoyará a esa persona], pero Han decidido quién ganará [= esa persona ganará]).

1.1.11. Ante los relativos de persona quien, el que, la que y sus plurales con antecedente expreso de persona, cuando ejercen la función de complemento directo del verbo subordinado: Ese es el hombre a quien o al que golpearon. A diferencia de quien, el relativo que, cuando tiene antecedente de persona y se usa sin artículo, nunca lleva preposición en función de complemento directo: Las personas que amamos… (no ⊗‍Las personas a que amamos…). Cuando el complemento directo con referente de persona es una relativa sin antecedente expreso introducida por alguno de estos pronombres, la presencia o ausencia de la preposición se atiene a las mismas pautas que los nombres comunes de persona (→ 1.1.2, 1.1.5, 1.1.6 y 1.2.1): Contestó a quien había preguntado; Elige al que haga mejor la prueba; Ya tengo quien me ayude; Busca quien te acompañe.

1.1.12. Ante nombres de cosa, si el sujeto es igualmente inanimado, para evitar ambigüedades en los casos en que el complemento directo podría interpretarse también como sujeto, especialmente cuando ambos elementos van pospuestos al verbo: El espíritu que alienta a este pontificado; Condiciona el comportamiento de la economía al sistema político. Es preferible, en estos últimos casos, anteponer el sujeto y prescindir de la preposición: El comportamiento de la economía condiciona el sistema político.

1.1.13. Ante nombres de cosa que son complemento directo de verbos que expresan sucesión en un orden, como seguir o suceder: La calma sigue a la tempestad; Una gran fiesta sucedió a la boda. En cambio, si el verbo expresa precedencia, como preceder, la preposición puede aparecer o no (→ 1.2.4.b).

1.2. Doble uso

1.2.1. Ante nombres comunes de persona, puede aparecer o no la preposición dependiendo de si el nombre tiene en el contexto interpretación genérica o específica. Si prima la interpretación genérica (se hace referencia a la clase o tipo de individuos, o a un individuo cualquiera de la clase designada), no se usa la preposición; en cambio, si prima la interpretación específica (se hace referencia a individuos concretos), se usa la preposición (→ 1.1.2 y 1.1.3). Esta pauta funciona cuando el nombre lleva determinantes definidos: Divide (a) los estudiantes en dos grupos; Han contratado (a) dos delineantes; ¿En quién se inspira para crear (a) sus personajes?; Han contratado (a) la persona perfecta para el puesto; y también, especialmente, cuando el nombre lleva determinantes indefinidos: Busco un camarero [= a un individuo cualquiera perteneciente a la clase de los camareros], frente a Busco a un camarero [= a un camarero concreto, que ya conozco]. La diferencia entre ambas interpretaciones puede manifestarse en otros aspectos; así, en los dos últimos ejemplos citados, la oración de relativo, si la hubiere, llevaría el verbo en subjuntivo en el primer caso: Busco un camarero que sepa hablar inglés (también en relativas sin antecedente expreso: Busco quien me ayude en la cocina), mientras que iría en indicativo en el segundo caso: Busco a un camarero que sabe hablar inglés (también en relativas sin antecedente expreso: Busco a quien me ayuda en la cocina). A veces las diferencias no son tan marcadas y consisten, simplemente, en primar una u otra interpretación sin que cambie significativamente el sentido del enunciado: Acogió un niño ucraniano (se dice que alguien ha acogido un niño perteneciente a la clase de los niños de nacionalidad ucraniana), frente a Acogió a un niño ucraniano (se dice que alguien ha acogido a un determinado niño, uno concreto, de nacionalidad ucraniana; la presencia de la preposición individualiza, por tanto, al referente). Las alternancias descritas se manifiestan especialmente con cierto tipo de verbos:

a) Con verbos que denotan búsqueda, necesidad o preferencia, como buscar, necesitar, preferir, querer ('desear o pretender'), etc.: Quieren al/el mejor defensa; ¿Prefieres (a) un abogado de oficio?

b) Con verbos que implican selección, del tipo de contratar, encontrar, designar, elegir, escoger, nombrar, votar…, cuyo complemento puede referirse a un individuo, pero también al cargo, puesto o función: Han contratado (a) otro colaborador; Tenemos que elegir al/el próximo presidente; Hay que nombrar (a) un secretario; Me casaré cuando encuentre (a) la mujer de mi vida; y con otros como llevar, traer o poner: Llevaré (a) unos amigos a la fiesta; Trajo (a) un acompañante a la cena; Pondré (a) varios jugadores en el centro del campo.

c) Con los verbos de percepción ver y conocer: Vi (a) algunos niños en el jardín; ¿Conoces (a) un buen abogado? Con otros verbos de percepción, como mirar, observar y oír, se usa la preposición (→ 1.1.6).

1.2.2. Cuando el complemento directo de persona precedido de preposición coincide en la oración con otro complemento que también la lleva (por ejemplo, un complemento indirecto), puede omitirse la que antecede al complemento directo para evitar confusiones, aunque la tendencia general es no omitirla: Presentó (a) su novio a sus padres. Si el complemento directo es un nombre propio, es forzoso el uso de la preposición (→ 1.1.1): Presentó a Juan a sus padres.

1.2.3. Los nombres comunes de animales se usan con preposición o sin ella en función de la mayor o menor proximidad afectiva existente entre el hablante y el animal: Suelta al caballo para que corra (mayor proximidad afectiva), frente a Suelta el caballo para que corra (menor proximidad afectiva). Por esta razón es muy frecuente el uso de la preposición con los nombres que designan animales domésticos, mientras que los nombres que designan animales no domésticos normalmente se usan sin preposición.

1.2.4. Ante nombres de cosa, puede aparecer la preposición con ciertos verbos que ponen en relación dos entidades inanimadas. Se trata de verbos que expresan:

a) Agrupación o separación, como acompañar, juntar, unir o separar: Un fuerte viento acompañaba (a) la lluvia; El pintor junta al/el cielo con el mar; La línea que separa al/el océano del cielo.

b) Precedencia, como anteceder y preceder: Un gran revuelo precedió (a) la llegada del cantante. En cambio, los verbos que expresan sucesión, como seguir y suceder, exigen el uso de la preposición (→ 1.1.13).

c) Extensión o contención, como abarcar, comprender o contener: La región abarca (a) las provincias de Río Negro, Neuquén y La Pampa.

d) Comparación, como comparar, igualar, exceder, superar o sobrepasar: Comparó al/el buque con una ballena; El euro ya iguala al/el dólar; Los gastos sobrepasan (a) los ingresos.

e) Y otros verbos como complementar, determinar, modificar (especialmente en el sentido gramatical de 'servir de adjunto o complemento') o sustituir (en el sentido de 'ocupar el puesto [de otra cosa]'): Los nuevos espacios complementan (a) los anteriores; El adjetivo modifica al/el sustantivo; Esta ley sustituye al/el decreto anterior.

1.2.5. Ante nombres de cosa, el uso de la preposición a menudo implica la personificación del referente en diferentes grados: Esperó (a) la muerte con serenidad; Engalanaron las calles para recibir (a) la primavera; El miedo venció (a) la curiosidad; Intentaba así engañar (a) la tristeza.

1.2.6. Es opcional el empleo de la preposición ante nombres de cosa cuando funcionan como complemento directo de algunos verbos que significan daño o provecho y que se construyen normalmente con un complemento directo de persona: El tabaco perjudica (a) la salud; La humedad afectó (a) los cimientos del edificio.

1.2.7. Es posible usar la preposición ante el complemento directo no personal cuando lleva, además, un complemento predicativo: Deja tranquilas (a) las hormigas; Vio (a) los coches subir la cuesta. Con verbos de denominación como llamar o nombrar, la a se usa siempre: Llaman democracia a cualquier cosa; Denominamos humedales a los terrenos de este tipo; ¿Cómo han nombrado a la operación?

1.2.8. A veces, la presencia o ausencia de la preposición cambia el significado del objeto: En este país no se respeta nada a la Justicia ('institución'), frente a En este país no se respeta nada la justicia ('virtud'). A menudo cambia también el significado del verbo: Admiro a la Iglesia [= siento admiración por la institución], frente a Admiro la iglesia [= contemplo con deleite el edificio de una iglesia].

1.3. No se usa

1.3.1. Ante nombres comunes que designan entidades inanimadas: Puso el libro en la mesa; Regaló un automóvil a su padre. Sobre los casos en que pueden llevarla, → 1.1.12-13 y 1.2.3-8. No son excepciones los usos en los que el complemento de cosa con a no es un complemento directo, sino un complemento de otro tipo: mirar el cielo (complemento directo) y mirar al cielo (complemento circunstancial de dirección); contestar una pregunta (complemento directo) y contestar a una pregunta (complemento de régimen).

1.3.2. Ante nombres propios de países, ciudades o continentes (el uso con preposición, habitual en épocas pasadas, prácticamente ha desaparecido de la lengua actual): No conozco Francia; Este verano he visitado Nápoles; Recorrió América en bicicleta. Pero, si estos nombres denotan no una realidad meramente geográfica, sino el conjunto de sus ciudadanos, se admite la preposición: Es capaz de engañar a media Italia. El resto de los nombres propios geográficos nunca llevan preposición: Cruzó el Tajo a nado; Escaló el Himalaya.

1.3.3. Ante nombres propios de autores cuando se usan como comunes en referencia a cada una de sus obras: Me compré el Picasso en una subasta; Llevar un Lorenzo Caprile es acertar siempre; Montaron un Shakespeare para el Festival de Avignon. En cambio, cuando el nombre del autor se usa en referencia genérica a su obra, lo normal es usar la preposición, aunque a veces se omite, especialmente en algunos ámbitos como el musical: El curso pasado leímos a Cervantes; Se pasó el verano traduciendo a Platón; Interpretarán (a) Mozart en el último concierto.

1.3.4. Ante nombres comunes de persona sin determinante: He encontrado camareros para mi nuevo bar; Llevaré amigos a la fiesta; ¿Buscas pareja?; Necesito acompañante para la boda; no obstante, si el complemento está formado por dos sustantivos coordinados, aun careciendo de determinante, se construye necesariamente con preposición: El público silbó a árbitros y jugadores; El Gobierno emplaza a sindicatos y empresarios a una nueva reunión; Reunieron a chicos y chicas en la misma aula. Por otra parte, estos sustantivos de persona admiten la preposición si llevan un modificador: Conozco (a) personas influyentes; Contrata siempre (a) profesionales que hayan destacado en su campo; o un complemento predicativo: He visto (a) pacientes salir adelante en peores situaciones.

1.3.5. Ante nombres comunes de persona que funcionan como complemento directo de verbos que expresan causa, como causar, ocasionar, originar o producir: El accidente causó varios heridos; La crisis ha producido miles de parados. Repárese que en estos casos los complemementos responden a preguntas con qué y no con a quién: ¿qué causó el accidente?, ¿qué ha producido la crisis?

1.3.6. Con el verbo impersonal haber, el complemento directo, aun denotando persona, se construye sin preposición: Hay alguien en la puerta; Solo había dos estudiantes en el aula; No hay quien lo entienda.

1.3.7. Con el verbo tener, el complemento directo de persona, si es indeterminado, se construye normalmente sin preposición: Tienen dos hijos; Tiene una tía actriz; no obstante, en algunos casos admite o incluso exige la preposición:

a) Cuando lleva un complemento predicativo: Tengo (a) varios agentes vigilando al sospechoso; Tiene a su jefa muy contenta.

b) Cuando significa 'dar a luz': Tuvo (a) su primer hijo durante la guerra.

c) Cuando se usa para presentar a alguien ante el interlocutor: Aquí tienes al novio de tu hija; Ahí tiene a los detenidos, mi sargento.

2. a por.

El uso de esta secuencia preposicional pospuesta a verbos de movimiento como ir, venir, salir, etc., con el sentido de 'en busca de', se percibe como anómalo en el español de América, donde se usa únicamente por: «Voy por hielo y cervezas a la tienda» (Victoria Casta [Méx. 1995]). En España alternan ambos usos: «Voy por el botiquín» (Marías Berta [Esp. 2017]); «Al bajar a por el pan me encontré con la madre de César» (Fernández Defensa [Esp. 2003]). En realidad, no hay razones para censurar el uso de a por, documentado desde época clásica, pues en la lengua existen otras agrupaciones preposicionales, como para con, de entre, por entre, tras de, de por, etc., perfectamente normales. La secuencia a por se explica por el cruce de las estructuras ir a un lugar (complemento de dirección) e ir por algo o alguien ('en busca de'), ya que en esta última está también presente la idea de 'movimiento hacia'. Además, el uso de ambas preposiciones puede resolver problemas de ambigüedad; así, Voy a por mi hijo solo puede significar 'voy a buscar a mi hijo', mientras que Voy por mi hijo puede significar 'voy a buscar a mi hijo', pero también 'voy en lugar de mi hijo' o 'voy por el bien de mi hijo o porque me lo ha pedido mi hijo'.

3. sustantivo + a + infinitivo: temas a tratar, problemas a resolver, etc.

Estas estructuras sintácticas son calcos del francés y su empleo en español comenzó a propagarse en el segundo tercio del siglo xix. En el ámbito de la economía están ya consolidadas expresiones como cantidad a ingresar, cantidad a deducir, que permiten, incluso, la omisión del sustantivo: A ingresar: 25 euros. Son frecuentes en el terreno administrativo y periodístico expresiones idénticas a las anteriores, como temas a tratar, problemas a resolver, ejemplo a seguir, etc. Estas construcciones resultan más breves que las tradicionales españolas: problemas que hay que resolver, ejemplo que se debe seguir, etc. Su uso es especialmente frecuente cuando funcionan como sujeto o como atributo en oraciones copulativas: Los temas a tratar son dos; Esas son las cuestiones a dilucidar. En español se recomienda limitar su empleo a ciertos casos, ateniéndose a las siguientes orientaciones generales:

a) Si la preposición a admite su sustitución por las preposiciones por o para, o el relativo que, sin que sea necesario cambiar la estructura de la construcción y sin que cambie el significado, debe desecharse la construcción galicada: ⊗‍Tenemos dos asuntos a tratar (mejor Tenemos dos asuntos que tratar); ⊗‍No hay más asuntos a discutir (mejor No hay más asuntos que/por/para discutir). Con respecto al uso de por en lugar de a, es necesario señalar que la construcción con por posee un matiz significativo adicional; así, no es exactamente lo mismo cantidad por pagar que cantidad a pagar: cantidad por pagar es 'cantidad que queda todavía por pagar', e implica que se han satisfecho otros pagos anteriormente, mientras que cantidad a pagar es, simplemente, 'cantidad que hay que pagar'.

b) El verbo en infinitivo debe ser transitivo, pues en tales construcciones el infinitivo tiene valor pasivo; por tanto, no son admisibles oraciones como ⊗‍El lugar a pelear será Las Vegas (pues no se dice *pelear un lugar, sino en un lugar); ⊗‍Los costes a incurrir se prevén muy elevados (pues no se dice *incurrir costes, sino incurrir en costes).

c) El infinitivo debe estar en forma activa, pues, como ya se ha indicado, los infinitivos de estas construcciones ya tienen valor pasivo: ⊗‍El tema a ser tratado presenta dificultades (debe ser El tema a tratar).

d) Son normales estas construcciones con sustantivos abstractos como asunto, tema, ejemplo, cuestión, aspecto, punto, cantidad, problema y otros similares, y con verbos del tipo de realizar (se evita hacer por razones de cacofonía con la preposición a: ⊗‍tareas a hacer), ejecutar, tratar, comentar, dilucidar, resolver, tener en cuenta, considerar, ingresar, deducir, desgravar, descontar, etc. Pero no deben extenderse a otro tipo de enunciados, con otros verbos en infinitivo y con sustantivos que no sean abstractos: ⊗‍Los ladrillos a poner están en la furgoneta; ⊗‍Los libros a leer se encuentran en la mesa.

e) Por último, no hay que olvidar que, en muchos casos, su uso es superfluo y, por tanto, evitable; así, en una oración como ⊗‍Pedro es un ejemplo a seguir para todos nosotros, la secuencia de infinitivo a seguir es prescindible: Pedro es un ejemplo para todos nosotros.

4. sustantivo + a + sustantivo:

Con la preposición a pueden introducirse varios tipos de complementos del nombre:

a) barco a vela, cocina a gas, etc.

La preposición que se emplea tradicionalmente en español para introducir el complemento que expresa lo que permite que un determinado artefacto funcione es de: barco de vela, cocina de gas, estufa de leña, molino de viento, plancha de vapor, etc. No obstante, probablemente por influjo del francés, no es infrecuente hoy ver usada en muchos de estos casos la preposición a: barco a vela, cocina a gas, plancha a vapor… En el uso alternan ambas preposiciones, aunque en general sigue siendo mayoritario y, por ello, preferible el empleo de la opción tradicional con de: «Hubo toda una época dominada por los barcos de vela y una época dominada por los barcos de vapor» (Lope Azul [Esp. 2011]); «Facunda contaba con una moderna cocina de gas» (Allende Violeta [Chile 2022]). Solo en algunos casos es ya claramente mayoritario, aunque no exclusivo, el uso de a: «Compró también una compañía aérea completa, con sus 60 aviones a reacción» (Alonso Imperio [Méx. 2003]); «Los infrasonidos producidos por motores como los de ciertos aviones de reacción pueden provocar vértigos» (Flecha [Esp.] 11.1.2011); «Hijita, ¿apagó la olla a presión? Mire que si estalla…» (Kúsulas Ari [Chile 2009]); «Lo pone en la meseta, entre el escurridor de los platos y la olla de presión» (Álvarez Guerra [Cuba 2021]).

b) bordado a mano, pintura al óleo, etc.

La preposición a encabeza también complementos de nombres de acción (así como de los verbos respectivos) que expresan el modo de ejecutarla o el medio empleado para ello: «Un grabado al aguafuerte de una edición infantil de Gulliver en Lilliput» (SchzEspeso Mujer [Esp. 1991]); «Llevé también un dibujo a pluma de Cecilia Porras» (GaMárquez Memoria [Col. 2004]).

c) camisa a rayas, falda a cuadros, etc.

Se usa la preposición a, en alternancia con de, encabezando complementos de sustantivos que designan telas o prendas de vestir para expresar el tipo de formas que presenta su dibujo: «Se sentó junto a un hombre de traje oscuro y corbata a lunares» (Havilio Estocolmo [Arg. 2010]); «Suárez luce traje oscuro, camisa blanca y corbata de lunares» (Cercas Anatomía [Esp. 2009]).

d) carne a la brasa, pollo al limón, etc.

Se usa la preposición a encabezando complementos de sustantivos que designan alimentos para expresar el modo de elaborarlos o el ingrediente fundamental en su preparación: «Cándido ordenó espaguetis a la carbonara» (Bechara Novia [Col. 2002]); «En la cocina, mamá nunca se apartaba del bife a la plancha» (Figueras Kamchatka [Arg. 2003]); «Yo había hecho un caldito, una dorada a la sal y una macedonia» (Cebrián Malestar [Esp. 2004]).

5. a + sustantivos que expresan unidad de tiempo: cinco veces al día, tres kilómetros a la hora.

Para expresar distributivamente una cantidad en relación con una unidad de tiempo, se emplean en español las preposiciones a o por. Si se usa la preposición a, es obligada la presencia de artículo ante el sustantivo del segundo sintagma nominal: «Tres tardes a la semana aparecía en casa de Poncho el cumplido profesor» (Cuello Ángel [Col. 2001]); si se usa la preposición por, dicho sustantivo va sin artículo: «Nos veíamos tres o cuatro veces por semana» (Libertella Futuro [Arg. 2022]). En general, se prefiere el uso de a con unidades de tiempo como día, mes, semana o año: Los musulmanes rezan cinco veces al día; Paso con mis padres dos días al mes; Asisto a clases de inglés dos días a la semana; Cobra tres millones al año; en cambio, con hora y unidades de tiempo inferiores, como minuto o segundo, cuando expresan frecuencia asociada a velocidad, se prefiere claramente el uso de por: tres kilómetros por hora, ochenta pulsaciones por minuto, dos vibraciones por segundo.

6. a + sustantivos que designan partes del día: a la mañana, a la tarde, a la noche.

Para introducir los complementos de tiempo relativos a las partes del día, en el español general se emplean normalmente las preposiciones por o en, esta última de uso frecuente en gran parte de América, aunque inusual en España (salvo cuando, a su vez, estos complementos llevan un complemento con de: en la tarde del sábado, en la mañana del lunes): «Ayer por la tarde pasaban en la tele un documental sobre animales» (RzPlaza Días [Bol. 2022]); «No se volvió a hablar del tema hasta un martes en la mañana» (Vásquez Volver [Col. 2021]). El uso de a solo es normal en la Argentina y, en España, entre hablantes vascos o catalanes: «Nuestra tercera cita fue un sábado a la tarde en un hotel» (Corbacho Diario [Arg. 2022]); «Dada la hora local de comienzo del partido […], entrenarán hoy a la mañana» (DNavarra [Esp.] 12.5.1999); «La fiesta se aguó el miércoles a la tarde» (Vanguardia [Esp.] 1.7.1994).

7. ⊗‍a la que o ⊗‍a lo que + verbo.

En el habla popular suelen emplearse las construcciones a la que [Esp.] y a lo que [Am.] como locuciones conjuntivas de valor temporal equivalentes a cuando o a en cuanto: ⊗‍A la que llegó su padre, todo se aclaró; ⊗‍A lo que me vio, se hizo el distraído. En el habla culta se dice En cuanto llegó su padre, todo se aclaró; Cuando me vio, se hizo el distraído; o bien se emplea la contracción al seguida del verbo en infinitivo: Al llegar su padre…; Al verme…

8. a + el.al.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española:
Diccionario panhispánico de dudas (DPD) [en línea], https://www.rae.es/dpd/a, 2.ª edición (versión provisional). [Consulta: 28/03/2024].

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